Oír bien

Juan Gassó Bosch
Juan Gassó Bosch

A finales de los años cuarenta, en plena posguerra, un joven emprendedor y resuelto, que sabía idiomas y viajaba regularmente a Londres y París, de donde traía productos que no se encontraban en el país, recibió un encargo que le cambiaría la vida. Cuando Juan Gassó Bosch compró el primer audífono en la casa Belclere de Oxford para el padre de un amigo de Barcelona, no sabía que ése era el inicio de un negocio que iba a convertirle en un pionero en el sector de las prótesis auditivas.

Nacido en 1921 y originario de Igualada, Juan Gassó Bosch se crió en la calle Ferlandina del barrio de El Raval de Barcelona, en una familia humilde pero con inquietudes e interés en que sus hijos pudieran formarse y ser personas instruidas. El joven Juan aprendió con rapidez y pronto destacó por sus conocimientos de idiomas, especialmente el francés que hablaba desde niño, y el inglés, que estudió en el Ateneu Enciclopèdic Popular de la calle del Carme. Conocer idiomas le permitió traducir algún libro, como Goodbye, Mr. Chips, de James Hilton, que firmó con su amigo José María Espoy. Con 15 años entró de meritorio en la financiera Riva y García, donde su padre trabajaba de contable.

Juan Gassó (izquierda) y José María Espoy, fundadores de GAES
Juan Gassó (izquierda) y José María Espoy, fundadores de GAES

Como les ocurrió a todos los muchachos de su generación, la Guerra Civil truncó su prometedora juventud. Durante la contienda, en la que combatió como soldado del ejército republicano, ya demostró su coraje y sus dotes de negociación. En febrero de 1939, en plena retirada republicana, recibió la orden de llevar un mensaje a la primera línea del frente y le apresaron. Estando detenido, convenció a unos soldados marroquíes para cambiar las botas nuevas que llevaba y que sus padres le habían regalado antes de irse al frente por un mendrugo de pan y unas botas viejas. Encerrado en el cuartel del Carmen de Manresa, aprovechó la distracción de los guardias y la confusión generada por las visitas de los familiares de los presos para escaparse. Empezaba una nueva etapa.

De nuevo en Riva y García, se licenció en Derecho, una carrera que no ejerció pero que sería motivo de orgullo. En aquella época emprendió varios negocios con su amigo José María Espoy, entre los que cabe mencionar Magaes, una empresa de publicidad. Con un coche de la marca Mathis y un chofer se dedicaban a pasear publicidad de cines y salas de espectáculos del momento. También en esa época empezó a viajar al extranjero. Gracias a un familiar que vivía en Francia y que le envió una carta reclamando su presencia por un asunto urgente, pudo obtener el pasaporte. En sus desplazamientos a París y Londres, Juan Gassó llevaba consigo telas de confección de Sabadell para venderlas y, de regreso, traía objetos difíciles de encontrar en el mercado nacional, como trompetas Besson o monturas de gafas. Entraba mercancía en el país a escondidas, con riesgo pero también con emoción, lo que le permitía costearse el viaje y sacar algún beneficio.

Antonio Gassó delante de un centro GAES
Antonio Gassó delante de un centro GAES

Precisamente en la proximidad de uno de estos viajes, un amigo le pidió un aparato auditivo para su padre, que tenía problemas de oído. En lugar de ir a comprar un audífono a cualquier tienda, Juan Gassó acudió a la fábrica Belclere de Oxford, donde compró el aparato a precio de coste. Literalmente, aquel encargo le cambió la vida. «Tras llevar el audífono a su amigo, fue a ver al fabricante y le contó un sueño: quiero montar una empresa en Barcelona y me gustaría distribuir estos productos que no existen en el mercado», recuerda Antonio Gassó Navarro (1968), hijo de Juan Gassó y Director General de GAES Centros Auditivos. En 1949 Juan Gassó fundó con su amigo Espoy GAES (de la combinación de las primeras sílabas de Gassó y Espoy), empresa dedicada a la venta de audífonos. La casa Belclere le dejó en depósito diez aparatos, y con su moto Ossa de 125 cc Juan Gassó recorría la geografía española −de Lleida a Zaragoza, Santander o Bilbao− para presentar el producto y recoger pedidos, que enviaba directamente a la fábrica de Oxford.

«Consiguió formar una red de médicos, catedráticos, otorrinolaringólogos, ópticos, farmacéuticos y demás profesionales de este mundo, que le fueron muy útiles para sacar adelante GAES», cuenta Antonio Gassó. Cuando nació GAES, Juan Gassó dejó Riva y García y, de acuerdo con Espoy, con quien tenía otros negocios, como una fábrica de cartones llamada Cartonajes Galya, dedicaba todo su tiempo a la nueva empresa, situada en el número 158 de la Via Laietana.

Juan Gassó junto a su moto Ossa 125 cc
Juan Gassó junto a su moto Ossa 125 cc

Juan Gassó puso en marcha la empresa gracias a la colaboración de la primera empleada que tuvo GAES: Conchita Navarro Garrido, que además sería su esposa. «Mi padre buscaba una secretaria y se presentó mi tía; mi madre solo la acompañaba… Pero mi padre vio que mi madre tenía la carrera de perito industrial, algo difícil y sorprendente para una mujer de entonces, y, además, tenía la carrera de enfermería», cuenta Antonio Gassó Navarro. El tándem profesional que formaban Juan Gassó y Conchita Navarro, ya convertida en su secretaria, colaboradora y pasajera en la moto Ossa, se constituyó en matrimonio en 1957. A partir de entonces, Conchita Navarro se ocuparía de las relaciones públicas de la empresa y acompañaría a su marido en todos los viajes, haciendo gala de su proverbial don de gentes y su jovialidad. El matrimonio tuvo cuatro hijos: Joan, Conchita, María José y Antonio.

«En aquella época no existían buenos audífonos; eran más bien amplificadores con cables en el oído. Era la tecnología de la época. Hoy en día creamos audífonos de altísima tecnología. GAES, como empresa, no solo son los centros auditivos, sino que controlamos toda la cadena de valor del producto, desde la investigación, la innovación y el desarrollo hasta su adaptación final al paciente», explica Antonio Gassó. En este sentido durante la primera etapa de GAES, la de crecimiento, Gassó tuvo la habilidad de conseguir la representación de las marcas más prestigiosas y tecnológicamente avanzadas del momento: Omikron, Willco, Zenith, Siemens, Phonak o Starkey. Incluso logró obtener la exclusiva de elementos tan importantes para los audífonos como las pilas de mercurio de la empresa Mallory.

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Con todo, Juan Gassó decidió que tenía que dar un paso más. Había que avanzar. Y se planteó que en lugar de importar los audífonos tenía que fabricarlos él mismo. En 1958 fundó Microson, la primera empresa del Estado dedicada a la fabricación de soluciones auditivas y la única hasta el momento en esta actividad. La primera sede de la fábrica estaba en la calle Matanzas. «El gran problema de aquella época era la importación de materiales y componentes, del auricular, el micrófono…», señala Antonio Gassó. Para resolver esos problemas, el fundador de GAES tuvo que usar su ingenio, su capacidad, entrenada a lo largo de sus viajes a Londres, para poder entrar a escondidas estos componentes necesarios para fabricar los audífonos.

Otra de las novedades que introdujo fueron los puntos de venta, con los que se convirtió en el comercializador de unos productos que antes se vendían en ópticas o en farmacias y ahora se vendían en sus propios Centros GAES. «Mi padre creía mucho en la atención personal, en el trato humano. Cada producto tiene que adaptarse a la problemática de la persona, porque la pérdida auditiva puede ser muy distinta», recuerda Antonio Gassó. En 1963 se abrió la primera tienda GAES en el número 12 de la calle Casp. «Es un producto que soluciona una problemática muy delicada de una persona, y la persona a quién solucionas sus problemas auditivos se siente más motivada, tiene más autosuficiencia, puede llevar una nueva vida, la recupera. Lo que deseamos es que el cliente confíe en nosotros, porque hemos de superar la barrera que provoca un producto que, pese a ser necesario, conlleva reticencias o estigmas y genera miedos. A menudo, los clientes son personas mayores que tienen que adaptarse a una tecnología nueva para ellos y con las que el audioprotesista debe establecer una relación de confianza».

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«En sesenta y cinco años hemos superado distintas etapas. Al principio, se tenían que vencer complicaciones, reticencias; había que sobrevivir. Pero después vino una etapa de crecimiento en la distribución del producto, externa, y la tercera fase, en los años ochenta, fue una fase de expansión en el detalle, en tiendas propias. En esa época, en quince años abrimos unas trescientas tiendas. Tras esta fase de crecimiento, tuvimos que iniciar una fase de consolidación de la compañía, construir una base sólida para asegurarlo, un crecimiento en puntos de venta en todo el mundo y también en la base de la compañía, invirtiendo mucho en I+D. Ahora estamos en una fase de internacionalización, que empezó en los años noventa. Actualmente, GAES está presente en España, Portugal, Argentina, Chile, Ecuador y Panamá, y estamos en proceso de abrir en Colombia, Perú y México. Es muy importante cubrir cada etapa sin perder nuestro ADN», resume Antonio Gassó.

«Me acuerdo de que cuando era pequeño y regresábamos de Sant Andreu de Llavaneres, donde veraneábamos y pasábamos los fines de semana, mi padre se pasaba por la oficina a recoger correspondencia, a dejar papeles, a trabajar aunque sólo fuera media hora», cuenta Antonio Gassó sobre los primeros recuerdos de su padre como empresario. Antonio Gassó estudió Audiología Protésica y cursó másteres de alta dirección y administración de empresas en IESE, Harvard y Lausana, y con casi 22 años se incorporó al área de márketing. Gracias a su dominio de idiomas –una formación que fue clave en la trayectoria de su padre−, empezó a responsabilizarse del trato con los proveedores y los clientes internacionales. «He conocido la empresa con seis tiendas, ¡y ahora tiene seiscientas!», dice Antonio Gassó, que vivió la gran expansión. Joan es el mayor de los cuatro hermanos y el actual presidente de la compañía. Conchita es la presidenta del Comité de Igualdad de GAES y directora de la oficina patrimonial de la familia Gassó. María José, audioprotesista de formación como su hermana, se encarga de GAES Solidaria, el área de responsabilidad social de la empresa, dedicada a mejorar la calidad de vida de las personas con pérdida auditiva y sin recursos económicos, especialmente niños y niñas. Antonio, el menor, es el Director General de la compañía y consejero delegado.

Un audioprotesista de GAES Solidaria haciendo una revisión auditiva
Un audioprotesista de GAES Solidaria haciendo una revisión auditiva

«Mi padre estuvo vinculado a la empresa hasta el último momento. Los últimos años fueron complicados porque no sólo tenía que ceder la gestión de la compañía, sino también su propiedad, y debía organizar la sucesión a fin de evitar que la empresa se desmoronara. Una situación en la que fue necesario gestionar con mucha mano izquierda», recuerda Antonio Gassó. Joan Gassó Sarrias, miembro de la tercera generación de GAES, ya trabaja en la empresa −es fundador y CEO de Kaleos Óptica, un nuevo negocio del grupo GAES que une moda y salud visual−, mientras que los demás hijos de los hermanos Gassó Navarro esperan su incorporación en conformidad con el protocolo familiar, que determina qué formación y qué características debe reunir la persona que aspira a entrar en la empresa.

Juan Gassó Bosch falleció en Barcelona en 2008. «Trabajando con mi padre aprendí muchas de sus virtudes: la capacidad de negociación, una visión global, la importancia de las relaciones personales. Y, al mismo tiempo, trabajando en una empresa familiar aprendí a gestionar con tranquilidad los momentos de crisis o de inquietud, a canalizar las emociones con paciencia y mano izquierda y, sobre todo, a fomentar la comunicación y la confianza entre todos», explica el Director General de GAES. En 2010 se inauguró la nueva sede de GAES en el distrito 22@ del barrio del Poblenou, concretamente en la calle Pere IV, 160.

Adaptación de un audífono en un centro GAES
Adaptación de un audífono en un centro GAES

La marca GAES ha conseguido éxito: ser conocida y reconocida como especialista en soluciones auditivas. Antonio Gassó ha participado muy activamente en este proceso de creación de branding e imagen corporativa. Como él mismo cuenta, «todos nuestros centros se llamaban GAES, pero unos llevaban su nombre en metacrilato, otros en cristal, otros con cristal y metal. No había una imagen consensuada, y costó convencer a mi padre y a mi hermano, pero finalmente entendieron que, si bien suponía una importante inversión, era necesaria». GAES ha conseguido situarse como una auténtica referencia gracias a la inversión en publicidad, recurriendo a personas conocidas como imagen publicitaria de la marca, y como patrocinadora en la Barcelona World Race del equipo GAES, cuya regatista Anna Corbella es una de las tres únicas mujeres del mundo que ha participado en ella.

«Cuando empecé a trabajar en GAES tenía 22 años, llegué a Director General con 28, y entonces me di cuenta de que todos los trabajadores y ejecutivos eran mayores que yo; la mayoría se habían formado con mi padre. Ahora ya no lo soy, y veo que hemos madurado juntos, innovando y aportando nuevas ideas». GAES, la compañía de la familia Gassó, puede mirar al futuro con la satisfacción de haber hecho las cosas bien tras sesenta y siete años de oír y ayudar a oír, con la mejor tecnología y la mejor atención para combatir los problemas auditivos.

Antonio Gassó Navarro
Antonio Gassó Navarro

Fuente: Safont Plumed, J., (2015), Capitanes del Comercio. Explicados por sus hijos, Barcelona, España: Mobil Books S.L., p.p. 191-197.


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