El pasado mes de febrero, cuando viajé a Portugal para escoger a los ganadores de Persigue tus sueños, aproveché mi estancia en el país vecino para dar una conferencia en Lisboa ante 25 personas, concretamente en el AESE Business School, en la que hablé sobre qué es lo que hace que los equipos sean más eficaces.
Peter Drucker tenía una visión muy asertiva y práctica de los principios que deben guiar las acciones de un CEO: centrarse en la misión, elegir el lugar importante que tiene la atención al cliente y reconciliar a los accionistas y directivos, entre muchas otras cosas. Un director general tiene un conjunto de responsabilidades que no se limitan a la gestión empresarial o a la operación. Se trata fundamentalmente de un Manager de relaciones, un «político» en el mejor sentido de la palabra, que combina muchos intereses y agrupa a muchas voluntades con el fin de intentar conseguir los objetivos de la compañía.
Para lograr dichos objetivos hay que saber gestionar el talento, dar ejemplo y ser un conductor o valor para la empresa y el equipo, además de ser un buen comunicador y tener una gran capacidad para establecer sinergias y relaciones y unir al equipo en la búsqueda de un fin común. Es necesario hacer creer a tu equipo en conocimientos, iniciativas y relaciones buenas y sostenibles. Todo ello permite dirigir correctamente una organización. En el caso de GAES, que es una empresa familiar, el cambio generacional en el equipo de gestión fue y es un reto importante, así como la profesionalización y la internacionalización de la compañía.
Algo que también considero fundamental es conocer la experiencia de otros directores generales que han logrado resultados y mirar las líneas de acción que tenemos en común con ellos. Así que en esta sesión traté de presentar y discutir con los participantes cuáles consideraban que eran las mejores prácticas para mantener al equipo motivado y para gestionar el trabajo conjunto siguiendo la línea estratégica de la compañía.